En aquella época (quizás ahora también, eso no lo se) venían los helicópteros de la Base Militar de Marin a coger agua, aterrizaban en esta playa, un día al salir de clase mi prima y yo nos asustamos tanto que nos metimos en alguna de estas casas que hay desde la playa (ahí mismo estaba la escuela)y no salimos hasta que nos encontraron acurrucadas en algún portal.
Aunque ahora vivo a muchos kilómetros de esta tierra, deseo que estos montes sigan así para siempre, que esta playa no sea nunca pasto de la avaricia humana con sus consecuencias y asi algún día puedo volver a pisar esta tierra pueda ver en ella mi pasado con los mismos olores y colores.
Desde el otro lado del monte |
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