Hay dentro de ti un cordero y un león.
La madurez espiritual consiste en dejar que el cordero y el león se tumben juntos.
Tu león es tu ser adulto, agresivo.
Es tu capacidad para tomar iniciativas y decisiones.
Pero también está tu cordero temeroso, vulnerable, la parte de ti que necesita afecto, apoyo, afirmación y cuidados.
Si prestas atención sólo a tu león, te encontrarás a ti mismo superexcitado y exhausto.
Cuando te fijas sólo en tu cordero, te convierte fácilmente en víctima de tu necesidad de los cuidados de otras personas.
El arte de la vida espiritual consiste en tener en cuenta a los dos, a tu león y a tu cordero...
Así puedes actuar de modo enérgico, sin negar tus propias necesidades."
(Henri Nouwen, La voz interior del amor)
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